Sinopsis:

Página multimedia virtual sobre la vida, obra y acontecimientos del universal poeta Miguel Hernández -que murió por servir una idea- con motivo del I Centenario de su nacimiento (1910-2010). Administrada por Ramón Fernández Palmeral. ALICANTE (España). Esta página no es responsable de los comentarios de sus colaboradores. Contacto: ramon.palmeral@gmail.com

jueves, 28 de enero de 2010

José Luis Ferris, estuvo ayer en el Consell Valencià de Cultura (CVC)


El biógrafo de Miguel Hernández afirma que Lorca le tenía alergia
José Luis Ferris subraya que se ha recuperado al símbolo de la izquierda, pero no al poeta

Foto de Manuel Molines
ALFONS GARCIA VALENCIA.- José Luis Ferris (Alicante, 1960) publicó en 2002 Miguel Hernández. Pasiones, cárcel y muerte de un poeta, la última biografía sobre el autor de Orihuela, del que se celebra este año el centenario de su nacimiento. "Recuperé al Miguel Hernández oculto bajo una hojarasca de etiquetas", explica el también poeta, que mientras espera la nueva edición actualizada de la biografía (Temas de Hoy), estuvo ayer en el Consell Valencià de Cultura (CVC) para limpiar la figura de Miguel Hernández de algunos de esos tópicos, como, pongamos por caso, su idílica relación con la generación del 27.
"Sufrió el desprecio de muchos intelectuales de la época, empezando por Federico García Lorca", aseguró Ferris a Levante-EMV. ¿Un ejemplo? El autor de Poeta en Nueva York dio "órdenes expresas de que no le dejaran entrar donde él acudía". El desprecio era literario y personal, afirma. "Lorca tenía alergia a Miguel Hernández, porque no soportaba a los rústicos, a aquellos que no se cuidaban y no mostraban un aspecto burgués. No soportaba sus pantalones de pana. Luis Buñuel contaba que a él no dejó que lo acompañara a una visita por no llevar corbata", asevera el experto.
En el terreno poético, Lorca era el epicentro en Madrid, abunda, "y Miguel llega lleno de vitalidad y llamaba la atención sin hacer nada. Eso causó también cierta manía, aunque no por su obra, aun no difundida". Incluso se puede hablar de una alergia política, apunta el biógrafo, porque durante la Guerra Civil "Rafael Alberti quiere ser el poeta del pueblo y realmente lo era Hernández".
Después de su muerte en 1942 vino el silencio y la ocultación, asegura, su "infravaloración" como poeta. Tanta que, después de los 50, cuando lo rescatan, incluso su mujer, Josefina Manresa, se sorprende. Pero esta reivindicación, lamenta Ferris, es sólo "como símbolo de la izquierda". Y así, "en los 70, se elige lo más beligerante de su obra y no lo mejor construido. Aún hay aspectos del Miguel Hernández poeta que están por recuperar", sentencia.
El filólogo elogia la organización del centenario y se aleja de la postura de la familia: "Dicen que no se cuenta con ellos, pero se han desmarcado más ellos. No puede estar todo el mundo en contra de alguien, cuando eso pasa algún fallo debe de cometer éste".