ARTÍCULO DE AITOR LARRABIDE “RAMÓN SIJÉ”
[21/12/2010] Tele Orihuela
Esta Nochebuena se conmemora el LXXV aniversario de la desaparición de Ramón Sijé, seudónimo literario de José Marín Gutiérrez, nacido en 1913 y que gozó de 22 años de vida que quiso y supo trasmitirnos, llena de intensas reflexiones, ácidas y críticas en unas ocasiones, irónicas en otras, pero siempre desde la responsabilidad del intelectual preocupado por el presente de su país, que comienza por el interés en su Orihuela natal, y por el pasado de España, raíz nutricia del hoy que se nos escapa de las manos. Apenas sus propios compañeros de tertulias comprendieron la enorme talla de agitador cultural del mentor de Miguel Hernández. Este año, con motivo del centenario de su “hermano” Miguel Hernández, su nombre ha aparecido tristemente enfangado por el suelo en la biografía de Eutimio Martín, cargada de prejuicios, como si de un friki se tratara, y sin que el citado profesor universitario tenga en cuenta que vivió en una época convulsa y murió con sólo 22 años.
Una vida, robada por un rayo inminente y fugaz, nos privó de esa prosa cortante, densa, cargada de giros de nuestro siglo más fructífero, de su evolución política, lógica si nos atenemos al fracaso que supuso la esperada República, que Sijé recibió alborozado, como todos los escritores, el 14 de abril de 1931, y que pronto defraudó por su cortedad de alcance y objetivos prácticos, enfrascada en guerras intestinas e ignorante de las acechanzas de sus enemigos. Resulta curioso que el 14 de abril de 1936, día festivo en Orihuela, como en el resto de España, se inaugurase, bajo mandato republicano en el Consistorio oriolano, un nuevo rótulo de la antigua plaza de la Pía, actual del Marqués de Rafal: plaza de Ramón Sijé. Miguel Hernández leyó una alocución en homenaje a su amigo. Todavía se conserva testimonio gráfico de esa jornada inolvidable y justa. Al término de la guerra, se sustituyó el nombre de la plaza, en una determinación municipal quizás injusta, que volvía a cubrir de olvido a Sijé, parcialmente restablecido con dos calles, Ramón Sijé y Gallo Crisis. En este Año Hernandiano que prosigue hasta octubre próximo, y para perpetuar la memoria de ambos (que es también la de nuestro pueblo), propongo desde aquí al Ayuntamiento el restablecimiento del nombre de Ramón Sijé a la plaza, como acto de justicia y reconocimiento a su figura.
Orihuela está en deuda con su hijo más cercano a escritores como José Bergamín, Ernesto Giménez Caballero (con el que tuvo polémicas que refutan ese inexistente “filofascismo” de Sijé, a vueltas con la biografía de marras), Juan Guerrero Ruiz, Juan Ramón Jiménez, María Cegarra, etc. No sólo es el destinatario de la famosa “Elegía”, sino autor de una respetable obra que nos anima a poner nuestra mirada en aquellos años, todavía, lamentablemente, no muy bien digeridos.
En el verano de 2004 doña Carmen Saldaña, mujer de don José Torres López y heredera del ensayista, cedió a la Fundación Cultural Miguel Hernández todo el legado de Sijé para su digitalización, catalogación y consulta a los investigadores, en un acto de generosidad y cariño que, desde estas líneas, vuelvo a agradecerle por su contribución al enriquecimiento cultural de Orihuela.
En el otoño de 2007 organizamos la exposición “Ramón Sijé. La claridad del aire”, con un catálogo ilustrado con fotos y textos inéditos procedentes del legado familiar sijeano, compuesto por más de 20 fotos, importante documentación sobre la organización del homenaje a Gabriel Miró del 2 de octubre de 1932 (todavía, ¡pobre estado de conservación el del busto en la Glorieta!, el único vestigio monumental hernandiano de aquellos años), casi 200 cartas de importantes figuras literarias, las maquetas de todos los números de “El Gallo Crisis”, con numerosas enmiendas manuscritas del propio Sijé, cerca de 40 documentos relacionados con Miguel Hernández, sobre todo cartas del poeta que harán posible una correcta y definitiva transcripción de las mismas (cuando los intereses editoriales y económicos no se superpongan a los críticos), y unos 30 ensayos de Sijé, la mayoría manuscritos, y gran cantidad de pruebas de imprenta de artículos sijeanos, así como una sorpresa, cuya lectura recomiendo a Eutimio Martín: las cartas de Sijé dirigidas a su entonces novia, Josefina Fenoll.
Miguel Hernández debe, en gran medida, su categoría literaria a sus amigos, a sus coetáneos, a los que Paco Esteve ha revisado en su nuevo libro “MH: de la A a la Z”, y que también recomiendo desde aquí.
Concluyo este recuerdo a Sijé con unas líneas del texto que Miguel Hernández leyó en el homenaje del 14 de abril de 1936 a su gran amigo, y que pueden aplicarse también para el centenario hernandiano: “Pueblo donde ha nacido y agonizado esta gran criatura: todos los homenajes que le hagamos se los merece. Procuremos que éstos resulten lo más duradero y de verdad y lo menos teatrales y de relumbrón posibles. Yo sé que él aceptará los mejores y rechazará los otros: que, aunque parece que a los muertos todos les da lo mismo, no es así. Y si algunos del cementerio darían las gracias si pudieran por verse entre mármoles y hojarasca, otros se indignarían. Ramón Sijé verá desde la tierra que ocupe lo que hagamos por él, y juzgará desde su sombra, y no hablará, porque ya su oficio es callar como el de un muerto”.
Aitor L. Larrabide
Doctor en Filología Hispánica
Fundación Cultural Miguel Hernández
...................COMENTARIOS APARECIDOS A RAIZ DE ESTE ARTICULO...............
* Hilarión Lillo Roche
* 24 Diciembre, 2010 (17:31)
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A PALMERAL: No me cabe duda que usted sabe mucho sobre Miguel y sobre R.Sijé (Pepito Marín) y agradezco sus comentarios ligeramente discrepantes con los míos pero desde el respeto. Muchas gracias. Pero todavía deseo insistir en algunos matices porque a mí, cuando escribo o hablo sobre Miguel, “por doler me duele hasta el aliento”.Tiene usted razón en que muchas personas ayudaron a divulgar la poesía de Miguel (eso ocurre siempre cuando un buen poeta empieza a darse a conocer)pero no le quepa a usted ninguna duda de que si nadie lo hubiera “ayudado” a darse a conocer, igual nuestro enorme poeta se habría abierto camino con su talento innato. Un poeta se hace, pero antes de eso se nace o no hay ayuda que lo salve.Carlos Fenoll le solía reñir a Ramón Sijé porque el cariño de éste sobre Miguel era bastante posesivo hasta el punto de que pretendía que Miguel se dejara “guiar” por sentirse intelectualmente mejor preparado.Esta influencia, en opinión de Carlos, no era buena porque le restaba al poeta su libertad creativa. En lo que discrepo es en que usted diga que Miguel era un pedigüeño. Mire usted, Palmeral, he pasado noches enteras en el horno de Efrén, de la calle Arriba, escuchando cosas muy intimas sobre Miguel que el hermano de Efrén, Carlos, un buen poeta hoy injustamente olvidado en Orihuela,le había contado a Efrén.(Por ejemplo, que una noche el bruto del padre de Miguel fue a buscarlo al horno donde hacían todas las noches la tertulia Carlos Fenoll. Pepito Marín y Miguel Hernández. Una noche llegó el padre de Miguel, un hombre embrutecido, y levantó la mano para pegarle a su hijo una bofetada. Carlos le aferró el brazo en el aire y le dijo: A un poeta no se le pega) Cuando Efrén cerró el horno y se fue a vivir a Valladolid, yo le compré toda la biblioteca que él había heredado de su hermano. Y entre los libros encontré cosas importantes, por ejemplo papeles escritos de puño y letra de Miguel con muchos borradores de Perito en Lunas. (Insisto, Miguel no sentía esa forma de poesía gongorina y por eso le costaba tanto escribirla). Y volviendo a lo de pedigüeño, Miguel tenía demasiado amor propio para asignarle ese adjetivo. En Madrid, por momentos, pasó necesidades extremas pero lo sobrellevó con altura. Quien más lo ayudó, sin tener un duro, fue Carlos Fenoll (el panadero de más aire) que idolatraba a Miguel y lo cuidaba como a un hijo, desde que era ese jovencito que abandonó los estudios en Santo Domingo a los 14 años, cuando ya despuntaba el genio inmenso de Miguel. Resumiendo, Palmeral, con el mayor respeto, tiene usted razón que algunos coetáneos lo ayudaron publicando sus primero poemas, pero a mí no me cabe duda que aún sin esa ayuda Miguel igual habría llegado a ser ese poeta universal que hoy se estudia en todas las clases de literatura de todas las universidades del mundo, algunas muy lejanas como en Malasia, Indonesia, Filipinas, etc. ASÍ QUE, INSISTO,NO ES MIGUEL HERNANDEZ QUIEN LE DEBE ALGO A ORIHUELAo a sus coetáneos SINO QUE SOMOS TODOS LOS QUE AMAMOS LA POESÍA LOS QUE LE DE DEBEMOS MUCHO A MIGUEL.
Le agradezco que usted me haya manifestado sus valiosas opiniones con respeto. Muchas gracias y felices fiestas.
Por último, y ya no entraré más en estos comentarios, veré a ver si encuentro un bosque donde perderme, agradeciendo a Barcelona Joyce, Jinete Pálido y Ausente, la defensa que hacen de mi modesta persona. También le deseo lo mejor a ese “oriolano” que me ha llamado subnormal, y ojalá reflexione y modifique sus métodos fascistoides. HILARION LILLO ROCHE
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* louison y luis dangla pérez
* 24 Diciembre, 2010 (15:47)
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Feliz Navidad, Hilarión, siempre es un gusto leer tus comentarios.
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* Barcelona Joyce
* 24 Diciembre, 2010 (14:08)
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Estupendo. No soy oriolano ni oriolana, ni, al parecer lamentablemente, conozco al señor Lillo Roche, pero por lo que aquí escribe sobre Miguel y por las palabras de sus defensores he de decirle, yo también, a ese anónimo “Oriolano” que así no se va por la vida, mucho menos que así no se escribe cuando tratamos las personas honestas de entendernos entre nosotros. Si su opinión no consiste más que en el insulto del borracho odioso, váyase a la taberna y, con su propia cara y su propia voz, o pistola en mano si la lleva, despotrique contra quien quiera, pero por favor, déjenos a nosotros discutir nuestro parecer, en el que, por supuesto, usted no tiene nada que decir. Mismamente como un subnormal que no sabe dónde se mete.
No soy de Orihuela, pero amo Orihuela, que he visitado varias veces, porque ahí ha nacido Miguel Hernández. Y en nombre del que dio su vida por no venderse, los oriolanos debieran mirarse a sí mismos antes de descalificar a nadie de este mundo de práctica democrática. Ese Anónimo oriolano que así cocea es de vergüenza comunal.
Me llamo Prudencio Salces, de Montalbán de Córdoba, y he dejado el seudónimo para que se me identifique con el anterior.
Salud
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Me han dicho muchas cosas en mi vida por amar la verdad. Pero es la primera vez que un oriolano, un paisano, me trata de subnormal. No puedo ni quiero contestar esa afrenta injustificada. La descalificación de una persona desde el anonimato es un repugnante acto de cobardía. Si se atreve a dar la cara con su nombre y apellidos, como hago yo, entonces le contestaré lo que se merece. Mientras tanto le voy a contar una anécdota de un filósofo de la antigua Grecia: Alguien pasó cerca del filósofo y lo insultó sin que éste le contestara. Un alumno le preguntó entonces; “Maestro, ¿Por qué no ha respondido a ese insulto?” y el filósofo le contestÓ: ¿Acaso si un burro te da una coz, tú se la devuelves?. HILARION LILLO ROCHE.
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* Oriolano
* 24 Diciembre, 2010 (01:59)
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Hilarión, que subnormal que eres hijo…Comprate un bosque y pierdete en él…Cierra la boca si no sabes lo que hablas
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* Hilarión Lillo Roche
* 23 Diciembre, 2010 (15:52)
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En la poesía española hay un antes y un después de Miguel Hernánez. Antes fue el predominio de la poesía bucólica, el paisaje, las flores, el alma volátil y sensible de los poetas delicados, “dilectantes”, Se escribían cosas así como “Volverán las oscuras golondrinas…” Pero llegó Miguel, que no mojaba la pluma en tinta sino en su propia sangre, y cambió por completo la poesía para hacerla más humana, la pena, el dolor, el desamor, la desesperanza…pero también su inmensa ternura (las nanas). La influencia de Ramón Sijé en lo intelectual, y de Don Luis Almarcha en lo religioso pretendieron encauzar a Miguel por caminos que él no sentía. Y un poeta no escribe buena poesía si no la siente. Por eso sus primeros versoS no son lo mejor de Miguel. Llegó a Madrid con su Perito en Lunas y no gustaron esa especie de adivinanzas con el florido lenguaje gongorino que no era lo que sentía nuestro ilustre poeta oriolano. Fue después, cuando se alejó de la influencia intelectual de Ramón Sijé y religiosa de Don Luis Almarcha(que no movió un dedo para salvarle la vida), cuando Miguel encontró su camino y halló su propia voz a partir de los tremendos sonetos de EL RAYO QUE NO CESA. Ahí sí conquistó Madrid. García Lorca y su entorno señorito y adulón, rechazaron a Miguel llamándole “campesino rústico con cara de patata” y entonces Miguel fue acogido en el círculo de Neruda, Alexandre, Cossío y otros. PERO MIGUEL NO LE DEBE NADA A NADIE.Al único que le debe gratitud es a Carlos Fenoll (un buen poeta oriolano, ahora olvidado)que lo aconsejó (no en lo literario que no necesitaba Miguel, pero sí en lo humano desde el hombre maduro al joven, para que éste no se golpeara contra los muros de la intolerancia clerical de Don Luis y contra los prejuicios ultracatólicos y joseantonianos de Sijé. aLEJARSE DE ELLOS FUE BUENO PARA EL CRECIMIENTO POETICO DE MIGUEL QUE NO NECESITABA FRENOS NI MORDAZAS.
RESPUESTA A VECINO AFECTADO:Larrabide no necesita que usted lo defienda. Es una excelente persona a la que hace un mes tuve el gusto de saludar personalmente en una reunion literaria en la que Aitor contó cosas de Miguel. Lo que ocurre es que yo vengo “calentito” con cosas que en Orihuela se han dicho, dislates como estos: “Miguel Hernández le debe mucho a Orihuela” o esto otro: “Miguel Hernández, el poeta de Elche nacido en Orihuela.” Mi comentario no es contra Larrabide NI MUCHO MENOS, SÓLO HE QUERIDO SALIR AL PASO DE UNA FRASE QUE NO COMPARTO, QUE ES ESA QUE DICE QUE “MIGUEL LE DEBE MUCHO A SUS COETÁNEOS…”.Con todos mis respetos a Aitor, insisto, MIGUEL NO LE DEBE NADA A NADIE. Lo que habrían podido hacer sus coetáneos POR ÉL, salvarle la vida, no lo hicieron y miraron para otra parte. HILARION LILLO ROCHE
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* Barcelona Joyce
* 22 Diciembre, 2010 (20:34)
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¡Tantos despropósitos que produce el amor! ¿A quién le debe más Miguel Hernández? Por favor, ya está bien de considerarlo el hijo pobre, el amigo pobre, el muerto pobre. Con toda su grandeza, Ramón Sijé fue sin duda un gran amigo para Miguel, pero ni a él, ni a Neruda, y pienso que ni siquiera a Aleixandre, ni en gran ni en pequeña medida, debe nada. Las influencias de un poeta o escritor formándose, como fue siempre Miguel (“continuamente joven”, dijo Leopoldo de Luis, que lo sabía un rato) son como los amigos, que unos van y otros vienen; pero el talento, el talento creador era solo suyo: de Miguel Hernández. ¿O es que por recordar honestamente a Ramón Sijé va a tener Miguel Hernández que pagarle factura? ¡Vamos hombre!
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* vecino afectado
* 22 Diciembre, 2010 (17:07)
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A Rufino: Aitor Larrabide no está chupando del bote, ni es del PP, y es hoy por hoy, una de las pocas personas que más ha hecho por la difusión de la obra de M.H. no sólo por aquí sino en todo el mundo,antes incluso que llegara a Orihuela desde donde, como segundo de abordo, dirige la Fundación M.H. Hizo su tesis doctoral trabajando primero en Elche, donde le apoyaron, becándolo y cuando fue a publicar su tesis, pidió ayuda a la concejalia de cultura en el Ayto de Orihuela y no se la dieron; pidió ayuda a la Caja Rural y tampoco se la dieron, por que no era de aquí y al final le ayudaron en !!León!! De todo esto último fuí testigo.
A Hilarión Lillo: M.H. fue lo que fue en primer lugar por él mismo y en segundo lugar, por la influencia de todos los de su entorno, entre los que se encuentran, en su primera época a Ramón Sijé (que conoció en el colegio de Sto. Domingo, y que fue premio extraordinario fin de carrera en Derecho), a D. Luis Almarcha, que llegó a ser obispo de León. Posteriormente otros influirían en su quehacer, pero sin lugar a dudas M.H. era un genio de las letras hispanas.
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* Hilarión Lillo Roche
* 22 Diciembre, 2010 (10:39)
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Me sorprende la frase penúltima de este artículo que dice: “Miguel Hernández debe, EN GRAN MEDIDA, su categoría literaria a sus amigos, a sus coetáneos…
PUES NO ES ASÍ, MIGUEL HERNANDEZ NO LE DEBE NADA A NADIE. TODO SE LO DEBE A SÍ MISMO, A SU ENORME TALENTO LITERARIO, A SU PROPIO ESFUERZO, A SU ENORME CORAJE Y, SOBRE TOD0, A UNA NUEVA CONCEPCIÓN DE LA POESÍA QUE HA DEJADO UNA IMPRONTA IMBORRABLE en el mundo entero de la literatura. Y mire usted, Sr. Larrabide(SIN ÁNIMO DE POLEMIZAR PUES YO SÉ LO MUCHO QUE USTED HACE PARA DIVULGAR LA OBRA DE MIGUEL),Miguel Hernández creció y se hizo grande precisamente cuando se desprendió de la influencia de Ramón Sijé y Miguel halló su propia voz.
Alguien me dijo en Orihuela: :¿Quién recordaría a Miguel Hernández si no fuera por Ramón Sijé?” Y yo le contesté: “Quién recordaría a Ramón Sijé si no fuera por Miguel Hernández que le dedicó la mejor elegía que se ha escrito en toda la historia de la poesía.” A Ramón Sijé no se le recuerda por su obra literaria, que es buena pero breve. Se lo recuerda por la dedicatoria de la elegía.Muy pocos han leído a José Marín Gutiérrez. Su obra no ha trascendido los límites de su pueblo, Orihuela.
No le quito méritos a la capacidad intelectual de Ramón Sijé que pese a sus juventud estaba dotado de una gran inteligencia y un gran talento literario.Pero políticamente el camino joseantoniano y ultracatólico de Ramón Sijé tenía alguna vez que bifurcarse y alejar a los dos amigos del alma. Como hombres íntegros conservaron su amistad y Miguel homenajeó a su amigo con todo el cariño que le profesaba. Pero A MIGUEL, PARA SU CREACIÓN POÉTICA, LE BENEFICIÓ ALEJARSE DE LA INFLUENCIA DE RAMON SIJE Y BUSCAR SU PROPIO CAMINO LITERARIO, SU PROPIA VOZ. SALUDOS. HILARION LILLO ROCHE.