(Retrato de Ramón Sijé, por Palmeral, cuadro hoy desaparecido).
Aitor Larrabide sabe muy bien de lo que escribe. No tiene necesidad de que le defienda nadie. Tiene razón en lo que escribe "Miguel Hernández debe, en gran medida, su categoría literaria a sus amigos, a sus coetáneos" (VER ARTÍCULO). Miguel debe mucho, sobre todo a Ramón Sijé (Pepito Marín) fue el amigo que le puso en contacto con al diputado oriolano José Martínez Arenas, quien le recomendó a Concha de Albornoz en Madrid; avalista en “Perito en lunas”. Gracias a Sijé publicó primeros poemas en las revistas “Voluntad”, “Destellos”, “El Clamor de la Verdad” y en el “Gallo Crisis”. Le presentó a Raimundo de los Reyes en Murcia para publicar su primer poemario "Perito en luna". Sijé le puso en contacto con Carmen Conde, Antonio Oliver, María Cegarra, José María Ballesteros, Juan Sansano, Ernesto Giménez Caballero, con Juan Guerreo Ruiz, con José Bergamín, director de "Cruz y Raya" donde publicó su Auto Sacramental. Gracias a Juan Guerrero Ruiz, Miguel se puso en contacto con Juan Ramón Jiménez.
Miguel, que no tenía un duro, estuvo siempre de pedigueño pidiéndole ayuda.
Miguel levantó cabeza, después, durante la guerra civil, tal fue su fama que hasta falangistas como Rafael Sánchez Maza intercedieron para conmutarle la pena de muerte por la 30 años de reclusión mayor. Y el mito se agranda en la posguerra, gracias a las publicaciones argentinas, mexicanas y cubanas. Gracias a estas publicaciones de coetáneos, a los homenajes clandestinos, a su viuda Josefina Manresa, hoy en día tenemos al Miguel que todos admiramos y conocemos.
Sin duda alguna su poesía evolución hasta la defensa del pueblo oprimido, con libros "Viento del pueblo" y "El hombre acecha".
En este III Congreso se descartaron mitos hernandianos añejos. Sobre todo respecto a la creación poética, pues se ha demostrado que trabajaba muchos en borradores. Es decir que un poeta no hace por crecimiento espontáneo, sino que se sostiene sobre un andamiaje vital, pasional y dramático, como es el caso de Miguel, además de que es un gran poeta del y para el pueblo. Miguel, en agradecimiento, porque Miguel ea de los agradecidos, le escribió la “Elegías”, y es gracias a la “Elegía”, que Sijé se salvó del olvido de los tiempos, nadie conocería hoy “La decadencia de la flauta y el reinado de los fantasmas”.
Ramón Fernández Palmeral
HOMENAJE A RAMON SIJÉ
VER: "Ramón Sijé el estigmatizado"