Sinopsis:
Página multimedia virtual sobre la vida, obra y acontecimientos del universal poeta Miguel Hernández -que murió por servir una idea- con motivo del I Centenario de su nacimiento (1910-2010). Administrada por Ramón Fernández Palmeral. ALICANTE (España). Esta página no es responsable de los comentarios de sus colaboradores. Contacto: ramon.palmeral@gmail.com
jueves, 29 de julio de 2010
Dos poetas en guerra: Rafael Alberti y Miguel Hernández.
Dos poetas en guerra. Rafael Alberti y Miguel Hernández.
Fueron dos autores señeros de la Generación del 27, unidos no sólo por su compromiso con la República y por su ideología, sino por una estrecha relación personal. Pero la Guerra Civil, que todo lo destruyó, acabó minando también su amistad. El carácter pasional de Miguel Hernández, de cuyo nacimiento se cumple este año un siglo, y la personalidad dominante y recelosa de Rafael Alberti, que encajó mal que al oriolano los milicianos le dieran el título de «poeta del pueblo» mientras que a él le tachaban de burgués, fueron provocando un distanciamiento que en los últimos meses de la contienda dio lugar incluso a un grave altercado entre ellos y en público. Alberti, presidente de la Alianza de Intelectuales Antifascistas, preparó su propia evacuación y la de otros muchos de un Madrid a punto de ser tomado por las fuerzas franquistas.
Amigos, intelectuales de la misma generación literaria y miembros del Partido Comunista (en el que Miguel Hernández entró de la mano de Rafael Alberti y de su mujer, María Teresa León), la relación entre los dos poetas se fue agriando a lo largo de la Guerra Civil hasta el punto de que, más allá de pasar temporadas sin dirigirse la palabra, el gaditano dejó fuera a Miguel de la lista que, en los estertores de la contienda y con los peores augurios para el bando que ya se perfilaba como perdedor, confeccionaron él y su mujer para solicitar asilo en la Embajada de Chile. No lo incluyeron ni, en otra clara muestra de las desavenencias entre ambos, el matrimonio Alberti-León le invitó a acompañarles en el vehículo que recogió a la pareja en Madrid para trasladarles hasta Monóvar, última sede del Gobierno de la República.
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