Coincidiendo con el centenario del nacimiento de Miguel Hernández, que tendrá lugar el año próximo, Lola Montenegro -soprano solista del Monasterio de El Escorial- y la Fundación de Orihuela han trabajado conjuntamente en un proyecto musical basado en los escritos del autor de "Nanas de la cebolla" y los poemas que otros escritores le dedicaron a su figura.
BORJA CAMPOY Cómo surgió la idea de ponerle música a los versos de Miguel Hernández?
Me visitó el presidente de la Fundación Miguel Hernández de Orihuela, Juan José Sánchez Balaguer, y me dijo que le gustaba mi estilo. Quería que creara una serie de piezas con mi música y las letras del poeta de Orihuela.
- ¿Cuáles son los objetivos principales del proyecto?
El objetivo principal es acercar la pluralidad de su obra a cualquier persona, porque está llena de arte y grandeza. Es un poeta excepcional y su proyección tiene que volar por encima de la cabeza de los hispanoparlantes. La poesía no entiende de parcelas ni de colores.
- El siguiente paso, ¿cuál será (un disco, una gira...)?
La idea es hacer conciertos, porque el contacto con el público es lo que me satisface. Hacer un disco no es lo que tenemos en mente, pero tampoco está descartado. Hemos ofrecido, de cara al año que viene, el proyecto a la red de teatros de la Comunidad Valenciana y ha gustado mucho.- ¿Qué opinión personal tiene de la figura de Miguel Hernández?
Fue un hombre con una dimensión humana enorme, diferente al resto, que le canto al amor, a la naturaleza, a las relaciones interpersonales, a la libertad, al dolor...
- ¿Cómo fue su encuentro con las creaciones del autor oriolano?
Tuve acceso a Miguel Hernández muy joven. Fue a través de mi abuelo, que era originario de Alicante. Siempre me ha gustado, tengo muchos libros de poemas suyos en mi biblioteca. Siempre he tenido la sensación al leerlo que una persona que le escribe así a su mujer y al entorno, tiene que ser una persona buena. Alguien así está por encima de las cosas. Lo que yo quiero es trasladar esa luz y quitar las barreras que nos impiden acercarnos a su obra. En los momentos más duros de su vida hay tristeza y dolor, pero nunca odio y rencor.
- Conseguir la musicalización de la poesía, ¿fue una tarea complicada?
Pensaba que no lo conseguiría porque los poemas tienen su música y no se puede crear una música sobre otra. El milagro se produjo cuando leí los poemas y ví que se cantaban solos.
- ¿Le tuvo que dedicar mucho tiempo a esta labor?
Me ha llevado mucho tiempo, pero ha merecido la pena el esfuerzo. Me he impregnado de sus poemas, he vivido con ellos, he soñado con ellos... Mi trabajo está totalmente dedicado a él.
- ¿Qué reflejan estas creaciones?
Este cante es patrimonio de la libertad. Es un cante a la unión, a un presente y futuro productivo y creativo. Es el momento de que todos demos un paso adelante y asumamos los elementos positivos de nuestro pasado.
- ¿Cómo reacciona el público que ya ha podido escuchar las nuevas composiciones?
Mucha gente se sorprende, porque piensa que Miguel Hernández es sólo tristeza y ve que en su poesía se habla de muchas cosas bonitas y alegres. Acercamos su obra de una forma amable y sencilla. El público disfruta porque pasa un rato agradable. Sale sonriendo y aprende algo nuevo.
- ¿Qué siente al ayudar a extender la obra de Miguel Hernández?
Siento que hago una música más cercana a la gente, utilizando elementos de nuestra forma de sentir y de nuestra realidad actual. Vivimos deprisa y no nos paramos a escuchar y profundizar en nada.
- Antes de esta experiencia, ¿había versionado a otros poetas?
No, sólo había utilizado mis poemas y alguno de mi abuelo, del que tomo el apellido Montenegro.
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