Por Ramón Fernández Palmeral
Juan Rejano Porras (Puente Genil, Córdoba 20-10-1903-Mexico 4-7-1976 ), el poeta de Puente Genil, es un poeta del exilio mexicano y uno de los primeros poetas de la generación del 27, por no decir que es el primero que le dedicó un poema a la muerte de Miguel Hernández, muerto de tuberculosis en Alicante 28 de marzo de 1942. Aunque no se publicó hasta 1961 en el Libro de los homenajes, editorial UNAM, México. Este poema, que recojo a continuación, ha sido rescatado del libro Homenaje a Juan Rejano, del Ayuntamiento de Málaga y la emblemática revista malagueña Litoral, páginas 70 a 73, Málaga, sin año de publicación, posiblemente en 1980 [1]que dirigía José María Amado y coordinada por Aurora Albornoz.
La poesía “rejaniana” es una gran desconocida, En 1921 ganó el primer premio en San Fernando (Cádiz), con la colección de poemas Pandereta andaluza. Con catorce años está en Málaga donde entabla amistada con Prado, Altolaguirre e Hinojosa. Aparecen su poemas en revistas. Su obra antológica es La mirada del hombre, editorial casa de campo, Madrid, 1978.
En 1925 hace el servivio militar y va a la guerra de África. Vuelve a Málaga y trabaja en labores tipográficas. En 1930 marcha a Madrid, colabora en la editorial Cénit, y publcia en varias revistas. Regresa a Málaga y se casa el 3 de septiembre de 1932, tuvo dos hijas, carmen y Concha. En 1934 es jefe del periódico cordobés El Popular, es secretario de prensa del Gobierno Civil de Málaga, tras la ocupación de Málaga en febrero de 1937, marcha con su familia a Valencia. Será redactor de la revista Frente Rojo, órgano del PCE, en Valencia y Barcelona.
Se ha escrito que Juan Rejano fue uno de los fundadores de la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura (Aunque no consta su nombre en el manifiesto de 19 de noviembre de 1936 [2]). Debió conocer a Miguel Hernández en Valencia, en el II Congreso Internacional de Escritores en Defensa de la Cultura en julio de 1937 (Aunque el nombre de Rejano no aparece entre los asistentes). Estuvo Juan en el frente de Córdoba de comisario político en Pozoblanco, luego en Valencia con un cargo en el Comisariado General de Guerra. Después de la guerra civil, llegó al exilio de México junio 1939 con Pedro Garfias (Rejano prologó el libro Stalin de Garfias), en el barco francés Sinaia, se rencuentre con Emilio Prados, Manuel Altolaguirre, Moreno Villa, Francisco Giner de los Ríos. En 1944, iniciaron la edición de la etapa mexicana de la revista Litoral, El número inicial se abre con un homenaje a Federico García Lorca, Antonio Machado y Miguel Hernández, víctimas de la guerra civil. Dirigió el suplemente Revista Mexicana de Cultura, suplemento de El Nacional. Mantuvo correspondencia con el intelectual y escritor mexicano Alfonso Reyes y el presidente Lázaro Cárdenas. Con el poeta Salvador Rueda, Jorge Guillén, Rafael Alberti, pablo Neruda, Francisco Ayala, Camilio José Cela, Santiago Carrillo... El Centro Cultura de la Generación del 27 le dedicó la exposición. "Juan Rejano. Memoria de un exilio" en el 2001.
Estudió en Madrid. Revistas nacionales: El Estudiante, Posguerra, La Gaceta Literaria, Nueva España, en donde publicará sus trabajos poéticos y literarios. Vivió varios años en Málaga, en donde termina su formación literaria al lado del poeta Emilio Prados Such. Ejerce el periodismo durante la Guerra Civil en la zona republicana, perteneció al Partido Comunista.
Hombre de gran amor a su patria, intentó difundir los valores de la Cultura Española e Hispanoamericana, en las que él era jefe de redacción: Ars, Ultramar. Gundó la revista del exilio Romance. Junto con José Moreno Villa, Emilio Prados, Manuel Altolaguirre y Francisco Giner de los Ríos, creó la Revista Litoral. A partir de 1947, y durante diez años se le encomendó la creación y dirección de la Revista Mexicana de Cultura. Ha viajado por Europa, Asia, Africa y América del Norte. Entre su extensa obra, caben destacar algunos libros: El Genil y los olivos, El Jazmín y la llama, El río y la paloma, Canciones de la paz, La respuesta en memoria de Antonio Machado, El Poeta y su Pueblo.
En el poema "Llamo a los poetas” que aparece en el libro El hombre acecha de 1939 de Miguel Hernández, no publicado hasta 1981 por la Casona de Tudanca, en la estrofa treceava, se refiera a un Juan que todavía no se ha podido descubrir:
Hablemos, Federico, Vicente, Pablo, Antonio,
Luis, Juan Ramón, Emilio, Manolo, Rafael,
Arturo, Pedro, Juan, Antonio, León Felipe.
Hablemos sobre el vino y la cosecha.
Aparece el nombre de Juan sin apellidos, se ha especulado mucho sobre este nombre, Leopoldo de Luis y Jorge Urrutia, especulan en la nota (94) de su edición de “El hombre acecha”, Ediciones Cátedra nº 197, escriben:
“...el nombre de Juan no corresponde a ninguno de los poetas citados por su apellidos del poema; pudiera referirse a Juan Rejano, Juan Larrea o Juan Gil-Albert, sin embargo ninguno de ellos está previamente citado por su apellido...» (en la estrofa tercera aparecen los apellidos).
Juan Rejano escribió Miguel Hernández publicado en El Nacional, (México), 14 de diciembre 1952:
Diez años atrás, al morir Miguel Hernández rodando por los calabozos de la crueldad falangista, ante la indiferencia de los poetas sometidos al gusano entorchado, escribí yo en México una elegía a su gloria de poeta y a su muerte de español enterizo, que después entró a formar parte de uno de mis libros. Ha pasado el tiempo, las cadenas que oprimen a España se han apretado más sobre su cuerpo, y la voz de Miguel Hernández, lejos de apagarse, sigue creciendo, creciendo, como alimentada por una savia juvenil. Vivo está el poeta como cuando cantaba desde el hondón de su sangre ribereña, y vivo está el pueblo que lo vio subir al árbol de la poesía, a pesar de los martirios que sobre él han caído. Y en esta fusión de vida, de vidas inagotables y altas, está la íntima razón de la esperanza: nuestro mañana deslumbrante, en cuyos destellos seguirá brillando, entre su pueblo liberado, la frente del poeta, como la paloma en el cielo estival.
Miguel fue entre nosotros el mejor. Y, al decir nosotros, me refiero a los poetas y escritores españoles de mi generación. El más entrañable, el más sincero, el más heroico también. Distante del señoritismo poético, que abrevábase, entonces como ahora, en las virtuosidades de la técnica y no en el latido del hombre, lo genuino de España afloraba en su verso con una violencia y una diafanidad de borbotón serrano, y la experiencia subjetiva, que en él era íntima comunión con la naturaleza y con los humildes hombres del terrón, se volcaba generosamente hacia afuera buscando la ronda de manos fraternales.
De la mano áurea de nuestros grandes clásicos -Garcilaso, Lope, Góngora, Quevedo- llegó Miguel a la poesía. Era en la edad rural de su iniciación, en la natal y levantina Onhuela. Lecturas y rebaños. El despertar a un mundo mágico, desde el aciago mundo del trabajo, con la raíz hincada en la soledad vegetal. Un sosegado y verde río llenaba de esmeraldas errátiles sus pupilas. "Lo fugitivo permanece y dura", que dijo transido de eternidad el otro gran poeta de la Torre de Juan Abad. Al fondo unos montes como descarnados por amarillos desgarrones, montes secos y violentos...
Escribe Rejano "...escribí yo en México una elegía a su gloria de poeta y a su muerte de español enterizo, que después entró a formar parte de uno de mis libros". aquí la elegía:
AL MORIR EL POETA MIGUEL HERNÁNDEZ
(1942)
DOS TIEMPOS DE LLANTO
1
Como un terrón que escapa del surco hacia los cielos,
cargado de asperezas y fragancias,
apareciste, hermano.
Contigo se elevaron la espiga y la paloma,
el íntimo perfume del romero,
el balido inocente de la oveja más tierna.
Te recuerdo invadido de rumores
como un olivar triste,
con la frente combada hacia la aurora
y un clavel horadándote las manos.
Te recuerdo de miel y espino seco.
En tus abarcas de pastor llevabas
todo el rocío virgen, todo el fuego
increado del alba;
en tu zamarra un áspero rumor de encinas graves
y más adentro,
sobre tu corazón, la voz del río
donde, embriagado ruiseñor, creciste.
Oh, cantor milagroso de la ternura agreste,
un mastín te guardaba la osamenta
y a la puerta encrespada de tus venas
suspiraba una alondra.
Eras una raíz tan amorosa,
erguida con tal furia entre los hombres,
que se te oía correr la sangre hermosa
como un galope de caballos jóvenes
sujetos por un freno de alhelíes.
Un temblor de amapolas y trigales maduros
se asomaba a tus ojos
y una violenta sed te rodeaba,
una sed escondida
en los siglos de llanto,
en el hombre, en la piedra, en las retamas
que a nuestros campos dieron
su inmemorial tristeza.
Tierra tú mismo te nombraste, tierra,
y de la tierra fuiste a despertar al pueblo,
a ceñirle coronas,
a restañarle heridas
cuando la soledad y la agonía
como rosas de espanto a su sien se asomaban.
Ay, tu gloria fue entonces,
tus matinales nupcias con lo eterno.
Nadie puede decir cuándo morimos
para nacer al alba perdurable,
pero en aquella unión de sangre y tierra
te brotaron entrañas en la entraña,
alas crecieron de la pana honrada
que tu cuerpo vestía,
y tu canción se alzó sobre la muerte,
heroica, deslumbrante,
porque a la muerte misma se ofrendaba.
Solitario cabrero del verbo apasionado,
allí sigues viviendo, en ese instante
conmovido respiras,
sueñas,
cantas.
No has muerto, no pudieron
matarle los que a golpes de rencor te mataron.
La tierra no perece, y tú eres tierra,
toda la noble tierra de España que ahora cubre
tantos sueños tronchados.
Tú eres, niño de fuego, la esperanza.
2
Como un lucero herido que a la tierra desciende
después de dar su luz al mundo ciego,
partiste hacia las sombras.
Mírame aquí cantando con mis lágrimas
tu ausencia irreparable,
los enlutados ecos de tu canto.
Entre mis manos guardo su fulgor que no cesa :
España, tu gemido de fruto desangrado.
Juan Rejano 1942. (También en el Nacional el 29-XI-42, en "Libro de los homenajes" 1961, y otras ediciones)
Del Archivo Histórico de Radio España Independiente, fue entregada en los 80 en el Archivo Central del P.C.E.: en ella y precedida de unas palabras de Juan Rejano figura la voz de Miguel Hernández recitando la Canción del esposo soldado.
BIBLIOGRAFIA DE JUAN REJANO
1921 “Pandereta andaluza”.
1928 “El Modernísmo en la literatura y en el arte” (ensayo).
1943 “Fidelidad del Sueño”.
1944 “El poeta y su pueblo”.
1944 “El Genil y los Olivos”.
1944 “El poeta y su pueblo. Un símbolo Andaluz: Federico García Lorca”.
1945 “La esfinge Mestiza. Crónica menor de México”.
1947 “Víspera heroica. Canto a las guerrillas de España”.
1948 “El Oscuro límite”.
1949 “Noche adentro”.
1949 “Oda Española”.
1950 “Constelación menor”.
1953 “Poemas de la Nueva Polonia”.
1953 “Poemas de Adam Mickewicz”.
1955 “Canciones de la Paz”.
1956 “La respuesta. En memoria de Antonio Machado”.
1958 Prologa” EL CIERVO”, de León Felipe.
1959 “Diario de China”.
1960 “El Río y la Paloma”.
1961 “Libro de los homenajes”.
1963 “Elegía rota para un himno. En la muerte de Julián Grimau”.
1966 “El Jazmín y la Llama”.
1971 “Antonio Rodríguez Luna”.
1975 “Alas de Tierra” (selección antológica).
1976 “Antología” (póstuma).
1976 “La tarde” (póstuma).
1977 “Elegías Mexicanas” (póstuma).
1977 “Poesías” (póstuma).
1978 “La Mirada del Hombre” (Antología póstuma).
1983 “Antología de la ausencia” (póstuma).
1987 “Poemas” (póstuma).
1988 “La mirada del hombre” (póstuma).
1989 “Siete poemas inéditos” (póstuma).
1989 “Acordes. Las cuatro estaciones” (póstuma).
1991 “Antología poética” (póstuma).
1991 “Diario de China” (póstuma).
1993 “Entre dos reinos”(contiene los poemas “Entre dos reinos”, “El Genil”,
“Los olivos” y “Plenitud”). (póstuma).
NOTAS
1) -La edición del libro homenaje a Juan Rejano de Litoral y el Ayuntamiento de Málaga, deja mucho que desear. No le consta año de publicación,
no tiene Depósito Legal, carece de índice de poemas y nombres de personas que participaron en este homenaje, nombres que en justo reconocimiento que me permito recoger.
Nombres para un homenaje a Juan Rejano [1980].
Textos:
Pablo Neruda.
José Herrera Petere
Rafale Alberti
Dolores Ibarruri
Jorge Guillén.
Francisco Ayala
Manuel Andújar
Jacinto Luis Guereña
Javier Villán
Simón García montero
Francisco Giner de los Ríos
María Teresa Hernández
José Luis Cano
Etelvina Astrada
Aurora de Albornoz
Mariano Roldán
Alfonso Yuste Alvarez
Enrique de Rivas
Teresinka Pereisa
Antonio Rodríguez Jiménez.
Juvenal Soto.
Juan Carlos Millán Rejano
Francisco Peinado
Ilustradores:
Picasso
José Bergamín
Miguel Prieto
Lorenzo Saval
Rafael Pérez Estrada
Santiago
Elvira Gascón
Manuel Ángeles Gascón
Santarén
José Antonio Díaz del
Teixidor
Darío Carmona
Ana Casals
López de Moral
2).- Nombres que aparecen en el diario "El Sol", correspondiente al 19 de noviembre de 1936.: José Bergamín, Manuel Altolaguirre, Luis Cernuda, Miguel Prieto, Alberto Sánchez, Salvador Bacarisse, Gabriel García Maroto, María Teresa León, Rafael Dieste, Arturo Souto, Arturo Serrano Plaja, Felipe Camarero, Rafael Alberti y Emilio Prados.
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WEBGRAFÍAS
Juan Rejano, Memoria de un exilio
Colección de artículos Hernandianos de Ramón Fernández
El exilio cultural de la Guerra Civil, 1936-1939 / José María Balcells y José Antonio Pérez Bowie (eds.). Biblioteca del Exilio.
Puente Genil, Información
WEB de fotos: MiPuenteGenil
Centenario de Juan Rejano en Puente Genil
Agosto 2007, Revista PERITO
IR A LA FUENTE
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WEBGRAFÍAS
Juan Rejano, en El Eco Hernandiano (Biografía) por Maribel Doblas y Monse Serna).
Juan Rejano, Memoria de un exilio
Colección de artículos Hernandianos de Ramón Fernández
El exilio cultural de la Guerra Civil, 1936-1939 / José María Balcells y José Antonio Pérez Bowie (eds.). Biblioteca del Exilio.
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WEB de fotos: MiPuenteGenil
Centenario de Juan Rejano en Puente Genil
Agosto 2007, Revista PERITO
Nota.- Este texto se ha completado con posterioridad gracias al envío por parte de Aitor L. Larrabide del libro editado por la Fundación Cultural M.H, Una voz de España en México: Miguel Hernández, recopilación de Alberto Enríquez Perez.